Editorial Juventud cumple 66 años

Uno de los clásicos bolivianos publicado por la editorial

Editorial "Juventud" (Bolivia), cumple 66 años de servicio a las letras paceñas y bolivianas, batallando en los últimos años contra la piratería, dice la nota:
En 1946, Rafael Urquizo emprendió el desafío de editar y mandar a imprimir varios libros de autores nacionales. Nada lo detuvo. Ese año puso los primeros cimientos para crear la librería editorial Juventud, una de las más antiguas del país. En sus años de oro, por los 70, fue una de las más cotizadas. Hoy en día, por culpa de la piratería, detuvo la impresión de algunas de sus obras, pero a pesar de todo sigue vigente. “La venta ha decaído mucho, la piratería nos ha hecho bolsa. Seguimos adelante gracias a la demanda de los libros de clásicos de la literatura boliviana, pero ya no con la misma fuerza de antes”, confiesa Gróver Paco Vargas, administrador de la librería, ubicada en una galería del edificio Asbún (planta baja), calle Mercado. Paco, quien trabaja seis años en el cargo, cuenta que entre los clásicos de la literatura nacional que más se venden están La Chaskañawi, La niña de sus ojos, Raza de bronce, Socavones de angustia y En las tierras del Potosí. Antes vendían entre 30 y 40 libros por día y hoy sólo unos cinco o seis, según revela Paco a Página Siete, que visitó la librería por el Día del Libro. Nada es igual. En los buenos tiempos, hasta 1982, Juventud mantuvo una producción anual de 30 títulos de obras con un tiraje global promedio de 150 mil ejemplares, según expresa la recopilación bibliográfica del periodista Elías Blanco. A pesar de que Juventud atesora un catálogo de 680 títulos de obras de autores nacionales, la mayoría ya no se edita ni tampoco se imprime por falta de recursos. “Algunos de nuestros títulos ya se agotaron, pero como la piratería nos ha copiado, tuvimos que parar la impresión”, explica Paco. Además confiesa que es una verdadera decepción ver cómo en las calles venden copias piratas de los que antes fueron sus autores más vendidos. Antes tenían una gran demanda, en especial de los colegiales, de su colección de obras teatrales de autores como Raúl Salmón, Juan Barrera y Adolfo Mier River. Incluso personajes del teatro nacional, como David Santalla y Hugo Pozo, desistieron de publicar sus obras con la editorial por la piratería. “Teníamos que elaborar sus libros, pero ya no quieren, se desaniman por culpa de la piratería”, cuenta Paco. Protesta y dice que otros autores exitosos de la editorial, como Antonio Díaz Villamil, Alipio Valencia Vega y Fernando Díaz de Medina, ya fueron copiados por la piratería. En sus años de oro, Juventud corría con todos los gastos de la edición y el proceso de producción de una obra. Ahora sólo ayuda a los autores con asesoramiento para hacer el diseño de la tapa, las ilustraciones y la corrección, pero el escritor tiene que pagar la impresión de sus obras. Desde su creación, una de las características de la editorial Juventud siempre fue ofrecer libros hechos en formatos sencillos y a bajo costo. Esa filosofía sigue vigente y ofertan obras desde cinco, diez, 15 y hasta 25 bolivianos. La colección Historia de Bolivia es la más costosa de Juventud; vale 200 bolivianos y contiene cinco tomos. Con una tapa a colores y el texto impreso en páginas de papel sábana, La Chaskañawi, que cuesta 16 bolivianos, según calcula Paco, ya fue reimpresa unas 50 veces. Ésta es una de las obras que ayuda a subsistir a la editorial.

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